Winnie, Piglet y unas simpáticas abejitas para el segundo cumpleaños de Iker.
Existe una falsa creencia sobre los pasteles fondant, hay quien cree que todo es apariencia y nada más. Se cree que son pasteles secos, sosos, poco jugosos... Y eso no tiene porque ser así. Es cierto que como más humedo y jugoso sea el interior más difícil es trabajarlo, por eso en ocasiones se peca de prestarle poco tiempo y atención al interior. Erróneamente en algunos casos el 100% del esfuerzo se destina al exterior.
El interior es tan importante como el exterior, o así debería ser.
¿Sabéis que se esconde bajo este fondant....?
Un riquísimo bizcocho de chocolate puro en polvo Valor relleno de crema de queso Philadelphia y humedecido con almíbar de fresas naturales.
Para aislar el bizcocho del fondant necesitamos, eso sí, una capita de ganache de chocolate blanco.
¿Qué os parece? Así se disfruta de principio a fin, desde los detalles del pastel hasta su sabor.
Os dejo la receta para que lo comprobéis vosotros mismos, ya me diréis qué os parece
Ingredientes para el bizcocho (para 6 personas)
125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
125 gramos de azúcar extrafino
175 gramos de harina bizcochona
2 huevos
40 gramos de cacao puro en polvo Valor
50 ml de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ingredientes para el almíbar
100 gramos de azúcar
100 ml de agua
6 fresas (si no es temporada se puede sustituir por pasta de fresa, a la venta en tiendas especializadas)
Ingredientes para la crema de queso
50 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
100 gramos de azúcar glass
175 gramos de queso Philadelphia
Elaboración
Bizcocho:
Batir la mantequilla con el azúcar unos minutos. Añadir uno a uno los huevos. Por cada huevo añadir una cucharada de harina para evitar que la mezcla se corte.
A continuación incorporar el resto de la harina y el cacao, alternando con la leche. Por último añadir el extracto de vainilla. Repartir en tres partes iguales en moldes de 10-12 cm de diámetro y hornear a 180º durante 25 minutos aproximadamente o hasta que al pinchar con un palillo éste salga limpio
Almíbar:
Poner en un cazo el agua y el azúcar y llevar a ebullición. Bajar el fuego y mantener a fuego lento 10 minutos removiendo de vez en cuando. Dejar templar e incorporar las fresas trituradas o la pasta de fresa. Dejar enfriar por completo.
Crema de queso:
Batir la mantequilla unos minutos y añadir el azúcar; batir hasta que la mezcla blanquee y tenga una textura similar a la pasta de dientes. Incorporar el queso y batir hasta que se integren por completo.
Preparación:
Igualar los bizcochos con una lira.
Poner la primera capa de bizcocho sobre el plato o bandeja donde se vaya a servir.
Extender una fina capa de almíbar y esperar que empape.
Con la ayuda de una manga pastelera y una boquilla redonda ponemos una capita de crema de queso y llevar a la nevera.
Cuando la crema de queso esté bien fría ponemos sobre ella el segundo bizcocho y repetimos los pasos: almíbar, crema y nevera. Ponemos el último piso y, en este caso, invertimos los pasos: primero la crema de queso y, por encima, decoramos con el almíbar y una fresa cortada a rodajas.
Introducimos en la nevera hasta el momento de servir
¡Y a disfrutar!
Y ya sabéis, si os gusta el post decídmelo por aquí, cada comentario cuenta. Gracias!
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